martes, 10 de abril de 2012

Fútbol, deporte de pasiones

Fútbol, deporte de pasiones 

Dicen que la devoción por el futbol en Sudamérica es brava e indomable. Es un deporte de masas que levanta pasiones incontrolables entre sus aficionados. La euforia y tensión es tangible en el transcurso de un partido. Y sus goles desatan la locura a lo largo de todo el continente. Parece que da igual si es el equipo local, la selección o un partido de otra liga. El futbol esta es sus vidas.


Es algo normal que la gente vista la elástica de su equipo favorito y los días de partido y post partido, las ciudades se llenan de color. Cientos de aficionados pasean por las calles el color de su equipo.

He visto ciudades paralizadas por un derbi, escaparates con televisores abarrotados los días de partido, mercados colapsados por hombres viendo a la selección mientras las mujeres llenan en carro de la compra, ejecutivos firmando contratos en el bar frente a un televisor y he escuchado infinidad de mentiras, muchas de ellas para ver el Barça. “Si, si cariño estoy en la oficina” o “Estoy en una reunión, no puedo, luego te llamo”….

Hay que reconocerlo… es un orgullo poder decir abiertamente que uno es del Barça. Los apasionados futboleros se agolpan junto a ti para que les expliques como es ese equipo de ensueño. Preguntan por Messi, por los jugadores, por como es el estadio y si alguna vez lo has visitado, por Alexis Sanchez e incluso te venden o ofrecen jugadores de sus selecciones para que tu les des el veredicto sobre si encajarían o no en el equipo.


Boca Juniors vs. Olimpo

Durante mi estadía en Buenos Aires tuve la suerte de coincidir con el arranque del torneo Apertura. Y casualmente jugaba Boca en la famosa Bombonera. Todo y que soy fan de River por la época del conejo Saviola y Pablito Aimar… el partido era una oportunidad única. Así que el reto principal de la semana fue hacerse con una entrada. Algo nada fácil si tenemos en cuenta que Boca no vende entradas para los partidos ya que son mas socios que asientos.


La entrada la conseguimos en reventa el mismo día del partido y sin saberlo, la habíamos pillado en el sector de “las barras bravas” (los radicales de boca). Cuando entramos al estadio nos cagamos de miedo literalmente ya que para eludir controles de carnets de socio, crean una especie de estampida. Todo fue así:
El hombre que nos vendió la entrada nos pidió que esperásemos a que llegasen “los demás”, como si esperásemos a sus amigos. Tras un rato de espera no hizo unos gestos de que le siguiéramos y al doblar la esquina, nos topamos con una estampida de gente. Nadie hablaba. Todo eran carreras, cambios de ritmo, empujones…estrés… pero ni una palabra y todos mirando hacia el suelo. Dos calles antes de entrar al estadio crean como un corralito con vallas y la cosa se estrecha un montón. El acojone era máximo, nadie nos había explicado que estaba pasando, ni siquiera sabíamos a donde nos dirigíamos. Todo eran miradas sospechosas y saludos entre los capos de la zona. De pronto el primer control policial… carnet en mano y uno por uno un ligero cacheo para proseguir hacia el estadio. Nosotros intentando no separarnos ni un milímetro de nuestro guía que por lo que parecía, la partía bastante, todo el mundo lo saludaba; era un barra brava. Habíamos pactado de pagarle en el interior. A pocos metros del estadio te meten en un espacio cercado donde un policía controla el numero de gente que entra y allí es donde te das cuenta que te estas metiendo en un marrón de los buenos. Dos helicópteros controlando la zona, una tanqueta militar con un hombre que megáfono en mano decía “uno por uno, que no se escape nadie. Todos con carnet en boca y manos arriba. Ni una oportunidad chichos, quien no lo tenga fuera.” Y tal cual… cuatro filas de entrada con un hombre que metralleta en mano flanqueaba cada lado del pasillo. En el centro un tipo cacheando minuciosamente persona por persona. Casco militar, chaleco antibalas… ya os podéis imaginar... casi lo mismo que el Camp Nou donde puedes entrar al palco con un lanza granadas y ni se inmutan.
Una vez dentro todos los Barras bravas se esperan en las escaleras de entrada, allí es cuando pagas y pierdes de vista a tu guía. Pero ningún problema.


Antes que el primer equipo juega el filial y es el tiempo que los hinchas tienen para colocar el material, la orquesta, preparar las barras etc. Es vital colocarse en los extremos de la grada, tanto derecho como izquierdo. Dato que como turistas desconocíamos ya que nos colocamos en el centro izquierdo, donde parecía que había menos gente. Por seguridad. Sin saber que esa era la zona de la barras y que lo que nosotros veíamos como unas tiras de tela para decorar con los colores de boca; ellos lo veían como los puntos donde los hinchas se agarran cuando se suben a las barras.




El partido como los del Espa… mucho futbol no ves pero aquí os dejo un video par que entendáis de que estamos hablando. Si no fuese por los gitanazos que me miraban con mala cara cada vez que sacaba la cámara a grabar… habría obtenido mejores tomas.



Un abrazo,