Bueno, ahora ya se por que se dice que "la montaña es impredecible". Ha sido una buena primera experiencia con los 6.000. Sin duda la primera de muchas otras.
Entre otras anécdotas, salimos partimos con un día soleado y con un gran cielo azul; y esta es la tormenta con la que llegamos al Campamento Base.
Se sube desde los 4.500 hasta los 5.200 para llegar al base camp. Y el segundo día se sube hasta los 6.075.
Todo marchaba bien hasta que cenamos a las 4 de la tarde en el campamento base. Después fuimos a dormir para empezar la ascensión a las 00.00.
A todo esto, me he pasado la noche con vómitos y rampas. Síndrome del mal de altura. Ya que la cabeza, para no perder su oxigeno, lo roba de otros órganos. Y se me cortó la digestión.
Al "despertarme" a las 00.00 am, el guía me ha visto vomitando. Y me ha dicho que me quedará en el campamento base. Que con el mal de altura no podría ingerir agua ni comida en todo el día.
Cuando estaba apunto de quedarme hemos recurrido al plan B.
Plan B: Hemos dejado una linterna en el campamento y hemos empezado a subir. Yo le he dicho que era responsable de lo que hacía y que conocía mi cuerpo.
Obviamente era el único del grupo que no tenía agua, cena ni desayuno en la barriga.
La experiencia ha sido bestial. El cuerpo a partir de los 5.500 metros empieza a no responder. Es un ejercicio de autodisciplina y conocimiento de uno mismo bestial.
Al llegar a los 5.800 le he dicho que ese era mi tope, que si tenía que bajar sin agua y sin comer, no podía coronar.
Así que sobre las 7 de la mañana he abandonado el grupo, en el que solo continuaban 2 de los 5 iniciales.
La llegada al campamento... exhausto!
Ahora mismo, recuperándome del mal de altura en Arequipa. El Chachani me ha dejado un regalo de dos días de cama! Ya era hora de ponerse enfermo, ni las comidas ni los cambios de temperatura habían podido con migo hasta ahora!!
Saludos a mi ahijado Pepe y al Alba team!
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